5 claves que los destinos turísticos deberían aprender de la era COVID-19

El turismo es, sin lugar a dudas, una de las actividades económicas más afectadas por las medidas tomadas para combatir la expansión del COVID-19. La distancia social, la limitación de actividades, aforos y movilidad entre países ha sido clave para ver reducido a mínimos los movimientos de turistas.

Pese a lo extremadamente negativo de la situación, las soluciones no deben limitarse a campañas promocionales de los destinos enfocados al turismo nacional y ver qué pasa. Especialmente, si la situación va a prolongarse más de la cuenta, en cuyo caso cabe esperar un periodo de muchos cambios.

Si algo caracteriza a los destinos turísticos inteligentes es su capacidad de adaptación e incluso de anticiparse a estos cambios. En este artículo quiero repasar 5 claves que destinos turísticos pueden aprender de la era COVID-19 y aplicar a la reformulación de sus planes de gestión y promoción turística.

1.- Explorar el uso de las tecnologías para la gestión y la planificación del turismo

Las empresas promotoras de destinos turísticos, históricamente, se han concentrado en desarrollar sus planes de promoción del destino, dejando de lado la importante tarea de planificar y gestionar el destino. En el año 2017, junto al boom de los alquileres vacacionales que llegó a su punto más álgido, muchos destinos turísticos se dieron cuenta de que había llegado la hora de tomar medidas de planificación: control de flujos de turistas, sobrecarga de servicios públicos, aglomeraciones en atracciones y zonas turísticas y un largo etcétera que provocó lo que entonces se conoció como turismofobia.

En la era COVID-19 se van a desarrollar determinadas tecnologías para distintas aplicaciones, como por ejemplo, los controles de aforo, así como protocolos de gestión de público tanto en lugares al aire libre como en lugares cerrados. Al igual que el mercado buscará nuevos destinos menos expuestos, lo que generará nuevos focos de atracción turística.

Estas tendencias y las que deberán venir, deben aprovecharse por los destinos turísticos para mejorar su experiencia en cuanto a masificación turística y en general, su oferta.

2.- Expandir la demanda turística hacia nuevos focos turísticos

Gestionar la demanda turística no es algo que tiene que ver con exclusivamente con desestacionalizar, se trata de revisar la propuesta de valor de un destino turístico y gestionar sus segmentos de mercado.

En concreto, existen destinos turísticos que generan más demanda de la que pueden alojar, esto suele ocurrir en las fechas de mayor demanda de la temporada alta, grandes eventos deportivos o musicales, así como grandes congresos como el Mobile World Congress en Barceloa o Fitur en Madrid. La gestión de la demanda desviada puede ser una oportunidad para aquellos destinos limítrofes o bien conectados con el destino central, que pueden aprovechar el exceso de su demanda y atraerlo a través de la organización de eventos paralelos o complementarios al evento principal.

Por otro lado, en esta misma línea de gestión de demandas, sugiero que los destinos turísticos promocionen sus productos hiper-especializados como parte de su experiencia en destino. Las propuesta de valor del turismo genéricas basadas en los segmentos tradicionales han dejado de conectar con el público en los nuevos canales. Este público demanda propuestas más especializadas y adaptadas a sus gustos.

3.- Alimentar los canales de comunicación con el sector privado

Una de las cosas que ha caracterizado al sector turístico durante la era COVID-19 es precisamente la buena comunicación que existe dentro del sector. Esto es debido principalmente por una profunda cultura de colaboración así como el buen funcionamiento de asociaciones y foros de empresas.

Esto ha ayudado a que el sector turístico se haya organizado bien durante el periodo que llevamos de crisis. Asimismo, esta ventaja del sector permite a las entidades pública a tener vías de comunicación con el sector privado accesibles, directas y bastante representativas. Sin embargo, cuando esta crisis acabe, esperemos que más pronto que tarde, las administraciones públicas deberían mostrar compromisos claros de mantener estas vías de comunicación abiertas, en favor del sector.

4.- Fomentar la formación continua en el sector privado

Durante las peores semanas de la crisis, durante el confinamiento, el sector mostró un interés bastante notable por la oferta formativa que surgió en esos días, especialmente a través de los canales online. Es por ello, que el sector privado demanda nuevos formatos de formación tanto en nuevas temáticas, horarios o canales. Colaboraciones publico privadas pueden recoger este testigo para crear esta nueva oferta formativa que demanda el sector.

5.- Invertir en fuentes de información

Otra de las claves destacadas que más ha caracterizado la era COVID-19 ha sido el seguimiento de la demanda a través de cuadros de mandos alimentados por diversas fuentes de información. En Habitación 61 hemos analizado algunas tendencias de turismo en la era COVID-19. Es por ello, que esta tendencia consolida aún más la necesidad de que tanto destinos como el sector en general dispongan de acceso a información a partir de fuentes que ayuden a interpretar la realidad del mercado y al proceso de toma de decisiones.

En otras palabras, los destinos turísticos tienen la oportunidad de invertir en diversas fuentes de información para crear cuadros de mandos que ofrezcan al sector privado como al propio destino una información valiosa de tendencias de mercado.

Y aquí te dejo con el vídeo donde repaso estas 5 claves en el canal de Youtube de Sextaplanta.

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